Hace un tiempo comenté sobre nuestra visita a la sección Badaling de la Gran Muralla China: esa sección que está completamente reconstruida y preparada para las grandes masas de turistas que llegan día a día.
Ayer tuve la oportunidad de visitar otro punto de la muralla, llamado Jiankou. Esta parte, al igual que Badaling, fue construida durante la dinastía Ming, pero no ha sido reconstruida ni preparada para el turismo. Teóricamente se encuentra protegida y cerrada a los visitantes, pero siempre hay una manera de quebrar esas normas en China, y Jiankou es el destino de visitantes más dados al trekking que al turismo convencional.
Las ruinas de la muralla en Jiankou están rodeadas de una vegetación casi selvática, que por partes se “traga” los muros de roca y ladrillo. Hay que caminar mucho a través de estrechos senderos en el bosque para llegar hasta la cima de la montaña, donde se encuentra recostada la infinita obra de los emperadores chinos. Y caminar sobre ella es también un desafío, entre piedras sueltas, grandes pendientes, torretas derruidas…
Ayer tuve la oportunidad de visitar otro punto de la muralla, llamado Jiankou. Esta parte, al igual que Badaling, fue construida durante la dinastía Ming, pero no ha sido reconstruida ni preparada para el turismo. Teóricamente se encuentra protegida y cerrada a los visitantes, pero siempre hay una manera de quebrar esas normas en China, y Jiankou es el destino de visitantes más dados al trekking que al turismo convencional.
Las ruinas de la muralla en Jiankou están rodeadas de una vegetación casi selvática, que por partes se “traga” los muros de roca y ladrillo. Hay que caminar mucho a través de estrechos senderos en el bosque para llegar hasta la cima de la montaña, donde se encuentra recostada la infinita obra de los emperadores chinos. Y caminar sobre ella es también un desafío, entre piedras sueltas, grandes pendientes, torretas derruidas…
Badaling y Jiankou, como dije, son aproximadamente de la misma época. Podría decirse que es “la misma” muralla. Pero la experiencia es completamente distinta.
Jiankou y su muralla no restaurada no sólo me impresionó más que Badaling por el paisaje que ofrece. El hecho de que esté en ruinas me hizo pensar en la dimensión del tiempo y en la grandeza de esta obra. Y pienso entonces: ¿admiraríamos las grandes obras de la historia si no estuvieran en ruinas? ¿Nos impresionaría tanto Machu Picchu si la ciudad estuviera entera y sus habitantes circulando por ahí? ¿O las pirámides de Tikal si en vez de una espesa selva las rodearan plazas abiertas llenas de gente comerciando? ¿O el Foro Romano si sus trozos de columnas sostuvieran todavía palacios con techos de madera?
Creo que no. Si todas estas grandes obras estuvieran perfectamente en pie, no serían eternas, sino simplemente actuales.
Por eso Jiankou –junto a las tantas otras secciones de la muralla que se encuentran en ruinas, a merced de la naturaleza– es para mí la imagen de la Muralla China, la eterna e infinita.
Jiankou y su muralla no restaurada no sólo me impresionó más que Badaling por el paisaje que ofrece. El hecho de que esté en ruinas me hizo pensar en la dimensión del tiempo y en la grandeza de esta obra. Y pienso entonces: ¿admiraríamos las grandes obras de la historia si no estuvieran en ruinas? ¿Nos impresionaría tanto Machu Picchu si la ciudad estuviera entera y sus habitantes circulando por ahí? ¿O las pirámides de Tikal si en vez de una espesa selva las rodearan plazas abiertas llenas de gente comerciando? ¿O el Foro Romano si sus trozos de columnas sostuvieran todavía palacios con techos de madera?
Creo que no. Si todas estas grandes obras estuvieran perfectamente en pie, no serían eternas, sino simplemente actuales.
Por eso Jiankou –junto a las tantas otras secciones de la muralla que se encuentran en ruinas, a merced de la naturaleza– es para mí la imagen de la Muralla China, la eterna e infinita.