martes, 25 de enero de 2011

Birra


Tsingtao, la marca de cerveza más popular por aquí. 
Algo así como la Quilmes china.

miércoles, 19 de enero de 2011

Pesto

Desde hace cuatro años, el GVCI (Gruppo Virtuale Cuochi Italiani nel Mondo, una red de cocineros, dueños de restaurantes, sommeliers y demás profesionales de la culinaria italiana en todo el mundo, de la cual formo parte desde 2006), celebra todos los 17 de enero el Día Internacional de la Cocina Italiana, eligiendo cada año una preparación clásica y emblemática de esa cocina.
Este año el papel protagónico fue otorgado al pesto genovés. Más de mil chefs en cerca de cincuenta países han ofrecido esta deliciosa salsa para pastas en sus restaurantes, y Beijing no se quedó afuera.
Pero la cosa no acabó en los restaurantes: después del servicio nocturno, nos encontramos todos en el bar L’Aperitivo (el reducto de los italianos en Pekín), para preparar pesto en vivo y degustar unos deliciosos spaghetti.
Ajo, piñones, queso parmesano, albahaca, sal gruesa y aceite de oliva son los ingredientes del maravilloso, aromático y sabroso pesto (algunos le agregan también queso pecorino, sin contar las deformaciones o sustituciones que sufre en el resto del mundo, como nueces en lugar de piñones, etcétera). Y todo hecho a mano, en mortero de mármol, como indica la tradición.


 Su servidor dándole al mortero.

Fue una noche fría, muy fría de lunes, pero eso no fue impedimento para que poco a poco fuera llenándose el local.
A eso de las once de la noche comenzó el trabajo con el mortero. Al rato salieron los primeros platos, y así como salieron desaparecieron: los fideos al pesto volaron, entre copas de vino, cervezas, spritz y demás espíritus.



La bella modelo china Su Fei disfrutando de sus spaghetti al pesto.

Ingredientes nobles y un trabajo metódico son los secretos del pesto. Es simple en apariencia, pero hay que manejar el mortero con paciencia y habilidad, y saber dosificar los ingredientes para que ninguno opaque a los demás.
He comidos ricos pestos y pestos horribles; el del lunes pasado seguramente estuvo entre los mejores.
No quise dejar la velada sin postre, así que luego de los fideos y los tragos, ofrecí unos bocaditos dulces (tiramisù, milhojas al café y profiteroles de avellana y chocolate) que había preparado previamente en mi pastelería, y que también desaparecieron al instante en las bocas de los comensales.


Los cocineros italianos en Beijing.

domingo, 16 de enero de 2011

Rumbo al Año Nuevo

El martes (11 de enero) se celebró en China la fiesta de Laba, que anuncia la proximidad del Año Nuevo. Esta celebración, iniciada durante la dinastía Song (960-1279), llega siempre en el octavo día del doceavo mes del calendario lunar chino (La= mes 12, Ba= ocho), exactamente tres semanas antes del nuevo año.
Es tradición en esta fecha consumir el Laba Zhou, un porridge cocido con nueces o maní chino y frutas secas, algo dulce y muy sabroso. El zhou (o porridge, o congee, o kanji en hindi) es un plato a base de arroz cocido con abundante agua, básicamente neutro, que según lo que se le añada puede ser salado o dulce (algo así como nuestro Quaker), y suele consumirse en el desayuno en muchos países asiáticos.
En este caso, el Laba Zhou, por su agregado de nueces, frutas y cereales, simboliza los deseos de buena fortuna y cosechas abundantes en el año venidero.
Todos los restaurantes los sirven en esta fecha, y hasta se puede consumir gratuitamente en templos budistas de toda la China. (A nosotros nos tocó hacerlo en un restaurante porque a su vez estábamos celebrando el cumpleaños de uno de mis asistentes de cocina.)

 Laba Zhou

Y así comienza el camino hacia el Año Nuevo chino, que tiene otra parada importante una semana antes del mismo: el Xiao Nian (o “pequeño año”), fiesta en la que las familias limpian profundamente las casas para sacar lo que queda del año viejo, cuelgan imágenes de parejas de la buena fortuna y rinden culto a Zao Shen, el “dios de la cocina” (literalmente, ya que Zao es la palabra que denomina a la antigua cocina a leña, como nuestras cocinas de campo). Zao Shen es una divinidad aparentemente menor dentro del Olimpo tradicional chino, pero de capital importancia para las creencias de prosperidad y fortuna familiar.
Hay muchas versiones sobre el origen de Zao Shen, pero la más popular (que data del siglo 2 a.C.), cuenta que este dios era originalmente un simple mortal cuyo nombre terrenal era Zhang Lang. Casado con una mujer virtuosa, un día Zhang Lang se enamoró repentinamente de una mujer más joven, abandonando a su esposa. Por su adulterio, los dioses lo castigaron con la ceguera, la pobreza y el abandono por parte de esa joven. Un día, mendigando por las calles, Zhang Lang se cruzó con su esposa original, pero su ceguera no le permitió reconocerla. A pesar de haberla abandonado, la mujer se apiadó de él, lo invitó a su casa y le cocinó una cena extraordinaria. Durante la comida, él comenzó a relatarle su historia, y a medida que avanzaba el arrepentimiento se fue apoderando de él, terminando en llanto y pedidos de perdón. Al escuchar esto, la mujer le dijo que abriera los ojos, y al hacerlo, Zhang Lang recuperó la vista. Viendo que esa mujer era aquella esposa que él había abandonado, Zhang sintió tanta vergüenza que se arrojó a las llamas de la cocina. La mujer trató de salvarlo, pero sólo pudo arrancar a las llamas una de sus piernas. Gracias a la piedad de los dioses, el alma del suicida Zhang Lang no quedó vagando en la eternidad sino que ascendió a los cielos y así fue nombrado dios de la cocina.
Desde entonces, ya denominado Zao Shen, este dios es el encargado de llevar al Emperador de Jade (el rey de los cielos) el informe sobre el comportamiento de todas las familias de la tierra durante el año transcurrido, y según este informe el Emperador premia o castiga a cada familia. Y es justamente el día 23 del mes 12 (una semana antes del año nuevo) cuando este informe es entregado, y cuando en la Tierra se rinde culto al dios de la cocina. Para ello, las familias limpian hasta dejar impecables la cocina y todos sus utensilios, hacen ofrendas de comida, encienden velas e inciensos y untan con miel la efigie del dios para que endulce sus palabras ante el Emperador de Jade.
En la China tradicional (como en casi todas las culturas), la vida se organiza alrededor de la cocina, que al principio habrá sido sólo fogón y luego devino cocina de barro y más tarde de hierro. Cada familia posee su cocina (aunque vivan en ambientes comunes), y cada cocina posee su alma, que se transmite de generación en generación: el primogénito hereda el artefacto al morir el padre, pero las cenizas que quedan dentro de la cocina son repartidas entre todos los hijos para que el alma de la misma ocupe sus nuevos fogones. Y esas cocinas siempre están acompañadas por una imagen de Zao Shen.

 Zao Shen, el dios de la cocina


Pasado el “pequeño año”, llega finalmente el Año Nuevo chino, que en este 2011 se celebrará a las cero horas del 3 de febrero, con la luna nueva. Allí las familias se juntan en sus casas, cocinan y comen jiaozi (dumplings o raviolitos de diversos rellenos) y detonan todos los fuegos artificiales que sus presupuestos puedan adquirir.

miércoles, 5 de enero de 2011

Happy together


El 10 de diciembre, tras tres largos y distantes meses, finalmente Sofía llegó a Beijing. Fue un día frío y ventoso, que obligó a cancelar muchos vuelos en el aeropuerto de la capital china, pero afortunadamente el avión de Delta proveniente de Seattle pudo aterrizar, trayendo sana y salva a mi señora esposa. La espera se hizo más larga por la gripe que me castigaba (fui al aeropuerto con casi 38 grados de fiebre) y porque la entrega del equipaje demoró su salida. Pero finalmente apareció,  sonriente y feliz, empujando su carrito con sobrepeso y vistiendo sus nuevas botas para el frío adquiridas en Nueva York.
Al día siguiente de su llegada, Sofía se asomó a la ventana de la cocina para ver qué había al exterior de nuestro departamento, y al ver pasar a una persona exclamó sorprendida: “¡Uy mira, un chino!”… no sé si era el efecto del jet lag o si no sabía realmente en dónde había aterrizado la noche anterior, porque estando en Beijing, ciudad de 25 millones de habitantes y capital de un país llamado China, con más de 1.400 millones de habitantes llamados chinos, lo menos sorprendente es que por la ventana uno vea caminando a un… chino. En fin.
Pocos días después celebramos nuestro aniversario con una deliciosa cena en el restaurante Private Kitchen 44, ubicado en un hutong (típica callecita antigua de Beijing), en una casa tradicional con patio y diversos ambientes, cuadros de Mao y diarios de su época, muebles sencillos pero casi de colección, y una comida suculenta. Más chino imposible.


 Sofía (casi una local), en el restaurante donde festejamos nuestro aniversario.

Jean-Paul Belmondo en el mismo restaurante, en 1966.

 Nuestra cena de aniversario.

Hemos paseado también, no mucho porque el invierno es duro y caminar no es lo más placentero del mundo cuando soplan vientos con temperaturas bajo cero. Pero sí hemos estado en algunos mercados, en la zona del Hou Hai (un lago rodeado de bares, restaurantes, etc.), y en otros lugares de la ciudad. Las grandes caminatas y las visitas a lugares al aire libre deberán esperar a la primavera.
También nos tocó festejar nuestra primera Navidad y nuestro primer Año Nuevo en oriente. Sabido es que la Navidad no se festeja en China conmemorando la llegada al mundo de Jesucristo, sino que es una gran excusa para acentuar el consumismo actual de esta sociedad (bueno, en occidente no es muy distinto, ¿o acaso todos ustedes festejaron realmente la Natividad?). Y menos aún el año nuevo: fue un día como cualquier otro, los chinos no salieron de sus casas ni se juntaron a brindar. Ellos tendrán su celebración en febrero, cuando finalice este año del Tigre y comience el año del Conejo.
 
 Nochebuena en Beijing

Más o menos así han transcurrido estas primeras semanas juntos. Pasando el invierno de a dos, para que el frío no se note. Felices juntos.

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Después de más de un mes sin computadora, finalmente logré arreglarla y aquí estoy de vuelta. En estos días postearé algunas cosas que debieron ser publicadas entre el 10 de diciembre y la fecha, así que parecerán noticias viejas, pero no quiero dejar de ponerlas.
Gracias por la paciencia y la comprensión.